Categoríass: Ciencia

Cómo la Segunda Guerra Mundial llevó la penicilina a todas las farmacias

Tiempo de lectura: 2 minutos

Un impulso urgente para desarrollar medicamentos contra las infecciones para los heridos llevó a la producción en masa del primer antibiótico eficaz

Albert Alexander, un policía de mediana edad muy enfermo, yacía en una enfermería de Oxford, Inglaterra. Todo había comenzado con un rasguño por una espina en la cara mientras cuidaba su jardín de rosas, según un relato común, o, como sugiere otra evidencia, por una herida menor sufrida en un bombardeo alemán. Ahora, sin embargo, había perdido un ojo y supuraba pus por sepsis, una reacción extrema y potencialmente letal a la infección. Al menos había venido al lugar correcto.

Investigadores de la Universidad de Oxford, dirigidos por Howard Florey, un patólogo australiano, y Ernst Chain, un bioquímico que había huido de la Alemania nazi, estaban desarrollando un nuevo y prometedor fármaco. El 12 de febrero de 1941, Alexander se convirtió en el primer paciente en recibir el tratamiento con la esperanza de que lo curaría, y así fue, pronto se recuperó. Pero la medicina era tan difícil de producir que los investigadores tuvieron que reciclarla minuciosamente de su orina para reinyectársela. Cuando se acabó el suministro, murió.

Años más tarde, cuando la penicilina se convirtió en la medicina maravillosa del siglo, los medios de comunicación enaltecieron a Alexander Fleming, el microbiólogo que describió por primera vez el peculiar poder antibacteriano del moho Penicillium y acuñó el nombre de «penicilina» en un artículo de investigación de 1929 entonces poco conocido. Pero fue Florey y su equipo los que con su larga lucha finalmente convirtieron a la penicilina de una curiosidad de laboratorio en un antibiótico práctico.Esa lucha tuvo lugar a la sombra del conflicto. La Segunda Guerra Mundial produjo una intensa presión para producir grandes cantidades de lo que prometía ser un salvavidas para los soldados heridos en batalla. Pero el moho Penicillium se desarrollaba solo en una película delgada donde crecía, mientras que las necesidades en tiempos de guerra requerían una primera partida de 40.000 litros.

El punto de inflexión se produjo en julio de 1941, cuando el Instituto Rockefeller, junto con funcionarios de los gobiernos británico y estadounidense, instaron a que Florey y el bioquímico Norman Heatley visitaran la ciudad de Nueva York. Pronto llegaron al Laboratorio de Investigación Regional del Norte en Peoria, Illinois, donde la ambición era cultivar penicilina en enormes cubas de fermentación.El licor de maíz macerado, un subproducto común en la industria del maíz, resultó ser el nutriente ideal para cultivar penicilina a bajo costo, y una cepa de moho de Penicillium que se encontraba en un melón podrido en un mercado de Peoria demostró ser la más adecuada para cultivar en las grandes cubas de fermentación. Las compañías farmacéuticas proporcionaron los fondos necesariso y, por fin, en marzo de 1944, Charles Pfizer and Company comenzó a producir una «avalancha» de penicilina en una antigua fábrica de hielo de Brooklyn renovada con 14 fermentadores, cada uno con una capacidad de 34.000 litros. El 6 de junio de 1944, los soldados aliados llevaron el antibiótico consigo a las playas de Normandía y de toda Francia. Las vidas que se salvaron es imposible de cuantificar, pero de lo que no cabe duda es que fueron millones. Gracias a la Ciencia.

(*) Referencias: Historia de la Medicina, History.com, Wikipedia

Commpartir
Publicado por
Félix Casanova

Posts recientes

Cómo se midió por primera vez la velocidad de la luz

La velocidad de la luz en el vacío es de "exactamente 299.792.458 metros por segundo".…

2 semanas hace

Charles Fort, cronista de fenómenos inexplicables

En 1873 el cielo hizo llover ranas sobre Kansas City, Missouri. El Scientific American informó más…

2 semanas hace

Artista crea impresionantes imágenes fotorrealistas de emperadores romanos

Un artista de Canadá está utilizando tecnología moderna para dar vida a los emperadores romanos.…

2 semanas hace

La Leyenda del Sol y la luna de la majestuosa ciudad de Teotihuacán

Uno de los lugares más llenos de misterios del mundo antiguo es la ciudad de…

4 semanas hace

Agua, cielo y tierra – Las vistas únicas del Castillo de Iznájar

Es uno de los castillos mejor conservados de Córdoba e imprescindible en las rutas de…

1 mes hace

Cuando Anaxágoras fue exiliado por afirmar que la Luna era una roca, no un Dios

Hace 2.500 años, Anaxágoras determinó correctamente que la rocosa luna reflejaba la luz del sol,…

2 meses hace