Inicio Edad Contemporánea Como la nitrocelulosa salvó la vida de miles de elefantes

Como la nitrocelulosa salvó la vida de miles de elefantes

billar elefante
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Los elefantes siguen siendo masacrados indiscriminadamente por su precioso marfil, pero afortunadamente no tanto como antaño. Durante siglos, muchos artículos de lujo se hicieron con marfil.

Durante la mayor parte de su existencia, las bolas de billar estaban entre ellos. Si bien la primera mención de las bolas de billar de marfil proviene del siglo XVI, no fue hasta mediados de la década de 1860 cuando alguien decidió que hacía falta una alternativa a ese material. Esto no se debió a ningún problema ético, sólo se dieron cuenta de que las grandes tasas de matanza de elefantes elevarían el precio del marfil cada vez más hasta convertirlo en inaccesible.

Es por eso que una compañía de billar de la ciudad de Nueva York llamada Phelan and Collender estableció el «Premio Bola de Billar» en 1863. El objetivo era encontrar un material alternativo viable para las bolas de este juego de salón, y el premio era de 10,000 dólares, una suma más que generosa para la época.

bolas billar marfilYa se utilizaban otros materiales para hacer bolas de billar: hueso de buey, arcilla e incluso madera, pero ninguno de ellos era preferido al marfil. Se necesitaba una nueva forma de fabricación que fuera aceptado por los jugadores de billar.

El inventor estadounidense John Wesley Hyatt es considerado el ganador no oficial del premio, aunque los informes son contradictorios sobre si alguna vez recibió o no el premio en efectivo. Utilizó nitrocelulosa como material y le cambió el nombre a «celuloide» cuando comenzó a fabricarse comercialmente. A pesar de que estas bolas eran más resistentes y duraderas, la recepción fue tibia. Fueron aceptados a regañadientes, pero pronto fueron reemplazados por otros materiales sintéticos como la baquelita. Muchos elefantes lo agradecen…

(*) Referencias: Historia del Billar, Paul MacPreston

4 COMENTARIOS

  1. Malo fue el tema del billar que por fortuna encontró una alternativa, como usted nos informa.
    Pero qué decir del personaje que en la mesa de su despacho, a dos palmos de donde escribe, guarda su pluma en reposo sobre la mano abierta de un gorila.
    Saludos y enhorabuena por el blog.

    • Hola Gaudí, decirte que no te falta razón. Era un práctica muy común por desgracia. El esnobismo ha llegado a tal nivel durante la historia que lo comentas era símbolo de status, pese al sufrimiento de los animales masacrados.
      Un saludo y muchas gracias!

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