Benjamin Franklin y el instrumento musical más peligroso de la historia

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En 1761, Benjamin Franklin asistió a un concierto en Cambridge (Inglaterra) y escuchó al músico inglés Edward Delawal (1729-1814) tocar un conjunto de copas de vino afinadas con agua,. El espectáculo dejó a Franklin encantado, y un poco consternado. El instrumento sonaba hermoso, pero parecía difícil de manejar…

Un movimiento incorrecto y todas las copas se romperían. Motivado en mejorar el diseño, Franklin ideó una alternativa: una serie de cuencos de vidrio giratorios llamado «Armónica de cristal». El instrumento causó furor en Europa; Mozart incluso compuso música para él. Entonces empezó a morir gente.

Al menos eso es lo que dijeron muchos médicos. Décadas antes, los anatomistas habían descubierto cómo funcionaban los nervios auditivos, y empezaron a advertir que demasiada música -como demasiado café o té- podría afectar a los nervios, causando dolores de cabeza, desmayos y otros problemas físicos.

Estos temores no eran totalmente nuevos. Siglos antes, Platón sugirió la prohibición de ciertas modas musicales, argumentando que «la moda de la nueva música… [estaban] poniendo en peligro todo el tejido de la sociedad», ¿les suena?. El retórico hispanoromano Quintiliano una vez argumentó que el timbre de algunos instrumentos podría «dejar el alma sin vigor», enloqueciendo a los hombres. A la llegada del siglo XIX, el miedo musical se hizo popular -se culpó a la música de la histeria, la menstruación prematura, la homosexualidad e incluso la muerte-. En 1837, la controvertida revista satírica Penny publicó que una mujer de 28 años de edad había muerto por escuchar demasiada música.

Durante este período de manía anti-musical, ningún instrumento sería tan temido como la armónica de Franklin. Los críticos dijeron que sobreestimulaba el cerebro; los artistas lo culparon de causar mareos, alucinaciones y parálisis. En 1799, el doctor Anthony Willich argumentó que el instrumento merecía ser condenado, diciendo que causaba «debilidad nerviosa«. En 1808, la gente atribuyó la muerte de la virtuosa Marianne Kirchgessner a los tonos misteriosos del instrumento. Algunos psiquiatras llegaron a decir que conducía a los oyentes al suicidio. Poco a poco, el instrumento fue relegado, aunque en los últimos ańos cada vez son más los músicos que lo tocan y parece estar en auge.

En algunos lugares estuvo prohibida porque se consideraba dañina. Se decía que provocaba cáncer en quienes la tocaban; aunque hoy en día se sabe que la causa real era el plomo con el que antiguamente se hacían los cristales y que también podía ser causa de saturnismo, motivo por el cual su uso vuelve a ser cada vez más frecuente, eso sí, con armónicas fabricadas de cristales sin plomo. Debido al problema del plomo en los cristales que había antaño (produjo envenenamientos en los músicos), fue sustituida por flautas.

¿Qué es la armónica de cristal?

Es un instrumento idiófono. La armónica de cristal consiste en una serie de platos o boles de cristal de diferentes tamaños superpuestos y alineados horizontalmente, atravesados por un eje conectado por correa a un pedal que los hace girar mientras se toca, a la manera de una vieja máquina de coser. Se toca mojando los dedos ligeramente y tocando los platos mientras giran, lo que produce un sonido cristalino. Actualmente tiene un registro de cuatro octavas.