Si Periandro creó escuela en el ámbito de la inmolación, los escritores siempre han tendido a la estética sobreactuada en esto del suicidio y el agua ha servido a menudo como perfecto escenario. El poeta español Ángel Ganivet fue realmente contumaz al lograr el éxito en su segunda intentona. La primera vez que se lanzó al Mar del Norte, junto al puerto de Riga, fue rescatado por un barco pero, según sus salvadores se despistaron volvió a tirarse de nuevo, logrando esta vez su objetivo. Más poético fue el final de Virginia Woolf (1882-1941) que, aquejada de un trastorno de doble personalidad, se llenó los bolsillos de piedras y se ahogó en el río Ouse. De piedras y agua va también el suicido de Alfonsina Storni (1892-1938) que se lanzó desde un acantilado en Mar del Plata (Argentina). Se despidió escribiendo a su hijo “suéñame, que me hace falta” y aunque no la soñemos, sí que le canturreamos “Te vas Alfonsina con tu soledad, ¿qué poemas nuevos fuiste a buscar?”.
Fuente: Suicidas de la Historia
Comentarios30 comentarios
Nilgün Marmara fue una poetisa turca y se suicidó cuando tenía tan sólo 29 años de edad.. :'(
”Mi pájaro y yo estamos apresuradamente dormidos
reflejados en un espejo, nuestra jaula es nuestra cama
nuestros rostros cara a cara aquel el uno con el otro
dormimos bajo la nieve eternamente que cae
mi pájaro y yo.
Una cinta carmesí nos liga – mi compañero y yo
indeleblemente juntos.
La miseria se deleitaría con su separación.
En nuestro espejo no hay nada más allá de esta obligación…
Este lazo carmesí entre nosotros — mi compañero mi pájaro y yo…”
http://analesdeturquia.blogspot.com/2006/02/literatura-turca-nilgn-marmara-1958.html
un abrazo Felix!
Lo de Periandro parece ser un suicidio “ordenado” acompañado de sucesivos asesinatos hasta… ¡vete tú a saber!
Un abrazo Magister.
@Arzu
No he tenido el gusto de conocer las letras de esta poetisa, pero si es cierto que las personas de letras y artistas son más propensas al suicidio que en otras disciplinas. Gracias por el poema.
Un abrazo, amiga¡
@Javier
Sagaz observación la suya, maestro. Dice la Historia que ocurrió, pero ¿con qué sentido?
Un abrazo, maestro
Muy interesante el texto amigo Felix.Un gusto pasar por aquí para leerte.Te envío un cordial saludo, deseándote un buen día amigo.
@Darwin Bruno
El gusto es siempre mío, querido amigo. Te deseo un feliz día y te envio un fuerte abrazo
Fue verdaderamente maquiavélico
este suicidio de Periandro,
el de Alfonsina llega al alma.
Soy un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda que angustiada y sola
Va dejando sus pétalos dispersos.
Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.
Alfonsina Storni
Un abrazo Félix
@Marisa
El suicidio de Periandro no lo podías haber definido mejor…
Y muchas gracias por esas letras de Alfonsina Storni. Bellas, sin duda..
Un abrazo, amiga
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Menuda cadena de asesinatos se marcó este Periandro.
Es cierto que entre los escritores hubo mucho suicida, eso de leer tanto puede llevar a la locura, tipo el Quijote, je, je.
Un abrazo.
@Mer
Mucho más se agradecen tus comentarios Periandro fue un “genio”…
Besos de azahar
@JRio
Es curioso como el mundo de los artistas y literatos en general ha provocado tantos finales dramáticos. Si tiramos de hemeroteca nos quedariamos pasmados.
Un abrazo
Por fin he podido darle al botoncito para votarte en Bitácoras, que esta mañana no me funcionaba!!
Siempre tendrás mi voto
Besitos chulapos
Como añoraba beber de tus fuentes de saber, siempre con los amigos salgo sabiendo algo más, divertido en parte, entretenido y sobre todo aleccionador.
Un abrazo genio te has ganado unos churros este domingo.
A mí el que más me conmociona es el de Alfonsina (Alfonsina Storni)
Gran poetisa, con una vida tortuosa…
Además eligió su “ultimo viaje” en mi ciudad de Mar del Plata, en la zona de playas denominada “La Perla”, donde se erige un monumento en su memoria.
Por la blanda arena
Que lame el mar
Su pequeña huella
No vuelve más
Un sendero solo
De pena y silencio llegó
Hasta el agua profunda
Un sendero solo
De penas mudas llegó
Hasta la espuma.
Sabe Dios qué angustia
Te acompañó
Qué dolores viejos
Calló tu voz
Para recostarte
Arrullada en el canto
De las caracolas marinas
La canción que canta
En el fondo oscuro del mar
La caracola.
Te vas Alfonsina
Con tu soledad
¿Qué poemas nuevos
Fuíste a buscar?
Una voz antigüa
De viento y de sal
Te requiebra el alma
Y la está llevando
Y te vas hacia allá
Como en sueños
Dormida, Alfonsina
Vestida de mar.
Cinco sirenitas
Te llevarán
Por caminos de algas
Y de coral
Y fosforescentes
Caballos marinos harán
Una ronda a tu lado
Y los habitantes
Del agua van a jugar
Pronto a tu lado.
Bájame la lámpara
Un poco más
Déjame que duerma
Nodriza, en paz
Y si llama él
No le digas que estoy
Dile que Alfonsina no vuelve
Y si llama él
No le digas nunca que estoy
Di que me he ido.
Te vas Alfonsina
Con tu soledad
¿Qué poemas nuevos
Fueste a buscar?
Una voz antigua
De viento y de sal
Te requiebra el alma
Y la está llevando
Y te vas hacia allá
Como en sueños
Dormida, Alfonsina
Vestida de mar.
Levî llevó a cabo su misión. Para ello se había despojado de la cota de malla que había requisado al último legionario romano ejecutado por él en tiempos de la Rebelión. Se había alisado las guedejas que le caían por sus sienes, se había encomendado al Altísimo y desenvainando su daga sacrificó a la parte de sus hermanos que le había correspondido, así como a los nueve ejecutores.
A continuación se dirigió a la casa, donde había pasado los últimos meses, escondida junto a la muralla. Entró, y con rapidez, sin cruzar una sola palabra, enloquecido por el odio a los enemigos y por el intenso amor que sentía en aquel momento por sus dos seres más queridos, las tomó, puso a su hija en los brazos de su madre, las colocó en el suelo con brusquedad y en unos breves segundos la daga convocó al Ángel de la Muerte ―majestuoso, inexorable, puntual a la cita― que sobrevoló los dos cuerpos abrazados, tomando para sí sus almas inocentes y llevándolas al Valle de Josafat donde los verdaderos verdugos serían juzgados por Dios.
Aunque había pensado en la posibilidad de quitarse la vida junto a su familia, en el último segundo cambió de opinión. Al salir, trastornado, tuvo la suficiente cordura para tapiar la pequeña puerta con dos lajas de piedra que encajaban perfectamente en la oquedad. Aquella ―pensó― sería la tumba de su familia y ni sus cadáveres encontrarían los tiranos.
Salió al exterior de la explanada: aquel monumento a la firmeza era ahora la tumba común de los resistentes. Era el último de los celotes supervivientes, y ya sólo le quedaba cumplir el último acto: inmolarse, dar su vida. Pero lo iba a hacer de una manera distinta. Se dirigió hacia la parte de la muralla donde la rampa de acceso romana estaba a unos escasos centímetros de tocar la meta soñada, la base de la montaña.
Levî, el último celote, se encaramó en lo alto del muro, dirigió una última mirada hacia la fortaleza solitaria, y en medio de una lluvia de flechas y “pilum” arrojada por los romanos, tomó impulso y se arrojó al vacío. Su cuerpo despedazado acabó en el fondo de unos peñascos, en territorio ocupado por la X Legión. Sería el único que lograrían recuperar, en territorio hollado por el Imperio Romano, a modo de rendición. A los demás los encontrarían horas más tarde, en territorio judío ―Masada―.
La luna fue, con seguridad, el único testigo.
Operación Masada (fragmento) ©Jose A. Bejarano
@Senovilla
Más bien será al contrario, querido amigo. No conozco a nadie como tú en la red que sepa conjugar tan magistralmente historia y presente en tus artículos. Eres brillante, amigo.
Un abrazo
@Laura de Bife
Muchas gracias por este bello poema que nos dejas, querida amiga.
Un abrazo
@Jose Antonio Bejarano
Estimado amigo:
No has podido elegir texto mejor para ilustrar este artículo. Aquello fue un suicidio en masa a fin de que los romanos no se cebaran con ellos. Debió ser muy duro. Tus letras nunca dejan indiferente a nadie. Felicidades
Un abrazo
@Mer
Gracias por la fidelidad en el voto. Espero que cuando me presente a Eurovisión, también lo hagas
Besos de azahar
Vaya con el Periandro, no parece que tuviera mucho valor para despedirse del mundo, ¡sí que necesitó compañía y ayuda para el último viaje! Con lo fácil que hubiera sido pedir que se le incinerara… Estos sabios…
Besos.
@Olvido
La verdad es que un poco maquiavelico si que fue el Sr.Periandro. Como bien dices, estos sabios…
Besos
Estupendo blog y enhorabuena por vuestra clasificación preliminar en los premios Bitácoras. Seguiremos de cerca vuestro blog, os deseamos mucha suerte. Un saludo.
Me gusta el blog. Nos leemos, un saludo.
¡Cuántas buenas entradas nos ha dejado! Espero que vuelva.
Gracias por tus palabras. Pronto volvera “Historias de nuestra historia”. Un abrazo
¡Bieeen!
Jajaja, saludos
Esta me la perdí.¿En donde andaría yo? Claro en agosto no estaba. Eché el cierre.
Planear un suicidio si que es demencial. Siempre he creído que era algo espontáneo.
Me alegro haberte leído.
Bss
Katy
Pues estarías recorriendo el globo terráqueo ;)Como ves, se puede ser muy enrevesado a la hora de planear ese trágico final…
Gracias y besos