La mayor colección privada de manuscritos del mundo
La mayor colección privada de manuscritos es notable no sólo por el número de manuscritos que posee (más de 20.000), sino por la amplitud y la profundidad de la historia humana que abarca. La colección de Schøyen, que se almacena en Oslo y Londres, contiene documentos que datan de hace 5,300 años.
Los artículos de la colección abarcan 134 países y están escritos en 120 idiomas diferentes. Entre las joyas de la colección podemos encontrar Rollos del Mar Muerto, manuscritos de Gueniza del Cairo, la Epopeya de Gilgamesh, escritos que recogen a los clásicos Homero y Hesíodo, papiros de Oxirrinco, diversos papiros bíblicos y gnósticos y manuscritos budistas entre otros.
El ingeniero noruego Schøyen (1896-1962) siempre había estado fascinado por la literatura y las antigüedades. A mediados de los años 20, comenzó a recoger manuscritos de leyendas noruegas y pronto comenzó a reunir otros volúmenes de literatura antigua, historia, ciencia y filosofía. En el momento en que la colección pasó a su hijo, Martin Schøyen, contenía aproximadamente 1000 ejemplares. Martin fue un coleccionista aún más ávido que su padre y se dispuso a adquirir manuscritos importantes de la antigüedad, así como monedas y otros artilugios. Hoy, la colección también busca guiones de películas y partituras.
A lo largo de su historia, una prioridad de la Colección Schøyen ha sido recopilar escritos bíblicos, dado que “la Biblia es el libro más influyente e importante jamás escrito”. En 1988, Schøyen compró varios manuscritos del Mar Muerto y escritos religiosos que se creen escritos durante la vida de Cristo y los apóstoles. Desde entonces, la organización ha adquirido la Biblia Santa Cecilia, la única Biblia carolingia en manos privadas y posee la tablilla más importante de la antigua historia babilónica, la Épica de Gilgamesh, así como los primeros manuscritos que se conocen y que hablan de los legendarios escritos de Homero y Hesíodo.
Según el sitio web de la Colección Schøyen, “La singularidad y la importancia de los materiales de la Colección Schøyen va mucho más allá del alcance de una colección privada o incluso de una colección pública nacional. Es la herencia del mundo, la memoria del mundo. No son propiedad nuestra sino que somos guardianes privilegiados, ni pertenecen a una nación en particular, religión o cultura, sino a la humanidad, siendo propiedad de todo el mundo”. Sin embargo, muchos países no opinan igual por razones obvias.
Han surgido noticias de que la Colección Schøyen se ha adquirido a través de prácticas poco ortodoxas, como el robo o el contrabando en países devastados por la guerra. En 2003, el Consejo Supremo de Egipto exigió la devolución de 17 objetos egipcios en poder de la Colección Schøyen. Egipto afirma que estos artículos fueron robados de su tierra natal, un cargo que Schøyen niega. También en 2003, el ministro afgano de cultura exigió los antiguos manuscritos budistas que fueron sacados del país sin permiso. “La ley estipula que el patrimonio histórico y cultural de Afganistán pertenece al pueblo de Afganistán”.
El coleccionista ha sostenido que los países persistentemente envueltos en conflictos y sujetos al vandalismo terrorista no son un lugar seguro para los manuscritos. “He reunido una colección que representa a todas las religiones y culturas del mundo precisamente para crear entendimiento a través de las fronteras. A largo plazo uno nunca puede saber lo que sucederá en los estados musulmanes”.
Hoy, Schøyen ya no está adquiriendo artilugios o manuscritos no occidentales. El gobierno noruego está estudiando las reclamaciones de apropiación indebida de objetos valiosos de parte de países extranjeras, particularmente Afganistán.
Referencias: sitio web colección Shoyen, Christopher Prescott. “La Colección Schøyen en Noruega: demanda de devolución de objetos y preguntas sobre Irak”. Cultura sin contexto 13 (2003)