Posesiones demoníacas, ¿qué hay detras del aumento de exorcistas?

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Hace menos de cinco años, una nueva hornada de exorcistas fue entrenada por la Iglesia Católica Romana. Fueron adiestrados para lidiar con el «aumento sin precedentes» de las solicitudes de ayuda en la lucha contra los espíritus malignos. La Iglesia ha afirmado que el aumento de las posesiones demoníacas está relacionado con la facilidad de encontrar información sobre las «artes oscuras» en las redes.

El padre Francesco Bamonte, de la Asociación Internacional de Exorcistas, dijo a La Repubblica: «Las posesiones diabólicas están en aumento como resultado de la adhesión de la gente al ocultismo. Los pocos exorcistas que tenemos en las diócesis no son capaces de manejar el enorme número de solicitudes de ayuda».

Para aquellos no familiarizados, que serán pocos, los signos inequívocos de posesión demoníaca son, entre otros: xenoglosia (hablar en idiomas desconocidos), fuerza sobrehumana, temblores o vomitar objetos extraños como clavos, metal o vidrio entre otras lindezas.

Los católicos afirman que el ritual del exorcismo es la única manera de librar a una persona de un ser maligno. Los exorcismos son efectuados por un sacerdote que invoca el nombre de varios santos, el Arcángel Miguel y Dios.

Exorcismos en diversas culturas y religiones

Aunque muchas personas asocian la práctica con la Iglesia Católica, los rituales exorcias son un fenómeno mundial y multicultural. De hecho, la idea de realizar exorcismos se dice que se remonta a miles de años y se ha encontrado en casi todas las tradiciones religiosas.

Por ejemplo, los antiguos mesopotámicos creían que las enfermedades físicas y psicológicas eran causadas por un espíritu maligno que «poseía» o se unía a una persona que había usado encantamientos o que había desafiado directamente a los demonios o dioses. Su exorcismo lo realizaba un sacerdote que destruía una representación de arcilla o cera del demonio en cuestión.

Otros ejemplos tempranos de elementos malévolos que interfieren con la salud humana y la felicidad se describen en Los Vedas, antiguos textos sánscritos del hinduismo desde el año 1000 a.C. Para esta religión, la purificación de la mente de una persona era necesaria para superar el terrible estado.

En Persia, otro tipo de exorcismo tenía lugar alrededor del 600 a.C. por Zaratustra (el fundador del zoroastrismo). Usaban agua bendita, oraciones y otros rituales en la faena. La demonología y las creencias supersticiosas no eran menos frecuentes en la Edad Media y tenían mucho impacto entre la gente, asustada por lo que les contaban desde las iglesias. A menudo los clérigos torturaban a los pacientes (en muchos casos enfermos mentales) con la excusa de librarlos de sus demonios. Un ejemplo terrible era la flagelación, a la que incitaban.

Escepticismo y Debate

Muchos escépticos han dicho que enfermedades mentales como la manía, la psicosis, el síndrome de Tourette, la esquizofrenia o los trastornos de la personalidad han sido los verdaderos problemas detrás de las llamadas «posesiones demoníacas». Para ellos, el «poder» de los exorcismos es justamente el poder de sugestión, un efecto placebo.

Sin embargo, la creencia en los espíritus malvados que poseen a la gente desafortunada es tan antigua que continúa teniendo un asentamiento en las mentes de muchas personas de todo el mundo hoy día. Si estos ejemplos de «posesión» son médicos, psicológicos o demoníacos en su raíz sigue siendo un tema muy controvertido. Es cuestión de Fe, ¿no creen?