Menelik II, un extraño emperador poco previsor

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Menelik II (1844-1913), rey de Shoa, región en la Etiopía central y emperador de Etiopía (antiguamente conocida como Abisinia), gobernó este estado desde 1889 a 1909. No ha pasado a la Historia por su brillantez, sino por algunas que otras anécdotas que no pueden sino producirnos cierta hilaridad…
Durante su reinado tuvo la virtud de transformar el país y unirlo a base de unificar varios estados semi independientes en algunos casos por medio de acuerdos políticos y en otros por medio de la guerra. Muy generoso con su pueblo, recortó los privilegios de la nobleza feudal, trató de abolir el comercio de esclavos y firmó un tratado de cooperación con Italia, el Tratado de Uccialli, en una de cuyas claúsulas en italiano -que nadie en Etiopía sabía leer- decía que el país se sometía al protectorado italiano… tuvo que rechazar el acuerdo después de la metedura de pata y los italianos intentaron invadir el país…

Menelik II, menuda joya de emperador

Otro episodio a destacar fue cuando dudó de la solidez de un puente cuya maqueta le presentaron para su aprobación. La miró, y de un soberano puñetazo la aplastó, dejándola hecha trizas… conclusión: ese puente no sería sólido. Sus asesores prepararon una segunda maqueta (con madera mucho más robusta) y el monarca intentó aplastarla de nuevo. No lo consiguió y dió luz verde al proyecto…

Menelik y su traje de domingo

Pero el golpe de gracia vendría cuando tuvo conocimiento de que en Estados Unidos se había ejecutado por primera vez a un reo en la silla eléctrica y decidió aplicar los mismos métodos en su país. El emperador encargó al fabricante norteamericano tres sillas eléctricas. Cuando el pedido llegó a la capital del reino, en el momento de ponerlas en funcionamiento, el emperador se llevó una desagradable sorpresa:
Nadie había tenido en cuenta un pequeño detalle: para ser efectivas necesitaban electricidad, energía con la que Abisinia no contaba en aquella época. Superada la frustración inicial, Menelik II decidió que una de aquellas sillas tuviera al menos una utilidad convirtiéndola entonces en su Trono personal…

Fuentes: El libro de los hechos insólitos (Gregorio Doval) y José M. Castillo de Albornoz
Imágenes: Bayele´s Long Journey

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Comentarios14 comentarios

  1. Jose Senovilla

    Le tendrían que haber regalado unas pilas alcalinas de 5000 W para que la silla funcionase mientras el pensaba su próxima locura.

    Otro gran relato para conservar. Un abrazo amigo.

  2. Felix Casanova

    Senovilla,
    Jajaja, vistas las decisiones que tomaba habría que hacer otro artículo sobre su equipo de asesores.
    Un abrazo, amigo

  3. Pablo Hinarejos

    Una vez solventados los “pequeños problemas de energía” que probase la resistencia como hizo con los puentes. le saldría una mueca la cara, síntoma de aprobación.

  4. Katy Sánchez

    Jajaja, será inútil y burro. Seguramente conduciría a su país con mano firme hacia el progreso. Lo del puente es genial. Se podían haber hecho de plastelina o acero inoxidable:-)
    Bss

  5. Óscar Velázquez

    JA! Por trono una silla electrica… menudo chalao! Bueno, al menos parece ser que tenia buenas intenciones… Un abrazo