Los judíos del St. Louis, un viaje de ida y vuelta

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El 13 de mayo de 1939, el transatlántico alemán St. Louis zarpó de , Alemania con destino a , Cuba. En el viaje iban 937 pasajeros. Casi todos eran judíos huyendo del Tercer Reich. La mayoría eran ciudadanos alemanes, algunos eran de Europa del Este, y unos pocos fueron considerados oficialmente “sin Estado”…

Los pasajeros del St. Louis se las prometían muy felices durante su travesía
Los pasajeros del se las prometían muy felices durante su travesía

La mayoría de los pasajeros judíos habían solicitado visas de EE.UU., y su intención era quedarse en Cuba solamente hasta que pudieron entrar a los Estados Unidos. Pero en el momento en que el St. Louis zarpó, había indicios de que las condiciones políticas en Cuba podrían poner en riesgo el desembarco. El Departamento de Estado en Washington, el consulado de Estados Unidos en La Habana, algunas organizaciones judías, y las agencias de refugiados estaban al tanto de la situación. Pero los pasajeros no fueron informados; la mayoría fueron obligados a regresar a Europa.

Desde la “Noche de los cristales rotos” de 1938, el gobierno alemán había acelerado el ritmo de emigración judía forzada. El Ministerio de Asuntos Exteriores alemán y el Ministerio de Propaganda también esperaban explotar la falta de voluntad de otras naciones de admitir un gran número de refugiados judíos para justificar la política antisemita del régimen nazi tanto a nivel nacional como en el mundo en general.

Gustav Schroeder, capitán del "St. Louis", el día de salida del barco de Hamburgo. Ni Cuba ni los EE.UU. concedieron refugio a los pasajeros del barco. Alemania, 13 de mayo 1939. Museo del Holocausto
Gustav Schroeder, capitán del “St. Louis”

El viaje del St. Louis atrajo una gran atención de los medios. Incluso antes de que el barco zarpara de Hamburgo, los periódicos de derecha cubanos lamentaban su inminente llegada y exigían que el gobierno cubano dejara de admitir refugiados judíos. De hecho, los pasajeros se convirtieron en víctimas de la amarga lucha interna dentro del gobierno cubano.

Cuando el St. Louis llegó al puerto de La Habana el 27 de mayo, el gobierno cubano admitió 28 pasajeros: 22 de ellos eran judíos y tenían visas válidas y otros 6 no judíos también consiguieron entrar. Un pasajero que intentó suicidarse, fue evacuado a un hospital de La Habana. Los 908 pasajeros restantes (un pasajero había muerto de causas naturales en el camino) se quedaron a las puertas...

Después de que Cuba negara la entrada a los pasajeros del St. Louis, la prensa en toda Europa y América, incluyendo Estados Unidos, llevó la historia a millones de lectores en todo el mundo. Aunque los periódicos estadounidenses generalmente retrataron la situación de los pasajeros con gran simpatía, sólo unos pocos periodistas y editores sugirieron que los refugiados fuesen admitidos en los Estados Unidos.

Tarjeta de embarque del St. Louis
Tarjeta de embarque del St. Louis

Navegando tan cerca de Florida que podían ver las luces de Miami, algunos pasajeros del St. Louis telegrafiaron al presidente pidiendo refugio. Roosevelt nunca respondió. El Departamento de Estado y la Casa Blanca habían decidido no tomar medidas extraordinarias para permitir a los refugiados entrar en los Estados Unidos.

Una encuesta realizada en el “país de las oportunidades” en aquella fecha reveló que el 83% de los estadounidenses se oponían a relajar las restricciones a la inmigración. No nos engañemos, todos los países criticaban la política nazi, pero pocos tendieron la mano a aquellos que lo necesitaban y los condenaron a la muerte, la hipocresía en su máxima expresión… ¿les suena? 

Tras la negativa de Estados Unidos de permitir desembarcar a los pasajeros, el St. Louis zarpó de regreso a Europa el 6 de junio de 1939.  Gran Bretaña acogió 288 pasajeros; los Países Bajos 181, Bélgica 214; y 224 pasajeros encontraron al menos refugio temporal en Francia. De los 288 pasajeros admitidos ​​por Gran Bretaña, todos sobrevivieron la Segunda Guerra Mundial salvo uno, que fue asesinado durante un ataque aéreo en 1940. En total, y para resumir, sólo 278 sobrevivieron al

Imágenes: Museo del Holocausto    Fuentes: USHMM.ORG

4 COMENTARIOS

  1. Tremendo. Una historia de terror. Una pena lo hipócritas que podemos llegar a ser. Esto me lo contó mi padre siendo yo niña. Bss

    • Debió ser desesperante tener tan “en la mano” el sueño de escapar de una muerte cierta divisando las costas de Florida y tener que regresar. La sinrazón y la hipocresía…
      Bss

  2. Qué diferente esta emigración y el trato dado a los que se tuvieron que marchar -vergonzoso pero no vergonzante- a la que ocurrió seis años más tarde, cuando con ayuda del Vaticano y vía España de Franco fueron a Latinoamérica, principalmente Argentina, muchos nazis que escapaban de su derrota y de las represalias de los aliados.
    Un saludo.

    • Me viene a la mente los obstáculos que encontró Simon Wiesenthal cuando intentó atrapar a los nazis huidos gracias a los favores que citas. Los aliados acogieron a un buen número de científicos y, lejos de colaborar, echaron tierra sobre el asunto. Ni uno bueno…
      Un saludo

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