La ilustre vida de Plinio el viejo: escritor, científico, naturalista y militar

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Gayo Plinio Segundo, más conocido en la historia como Plinio el Viejo, fue muy influyente en su tiempo. A pesar de vivir sólo cincuenta y seis años, dejó un gran legado de respeto y aprecio político, así como la reputación de ser uno de los historiadores romanos más notables de la antigüedad. Lo que nos dejó nos ha proporcionado mucho conocimiento sobre la vida romana.

Nacido en Como, Italia, en el seno de una familia notable, Plinio el Viejo vivió del 23 o 24 d.C. hasta el 24 de agosto de 79 d.C., fecha exacta de la erupción del Vesubio en Pompeya, donde encontró su final. No tenía hijos y nunca se casó, andaba siempre absorto en su trabajo, sus escritos y sus viajes.

La versión ilustrada más antigua (1513) de la Historia Naturalis de Plinio el viejo (derecha)

En el 35, viajó a Roma a la temprana edad de diez años para recibir una educación romana apropiada. Allí, se le enseñó el arte de la retórica y la oratoria, ambas habilidades inexcusables para alguien de su posición social.

Entre los años 45 y 47, Plinio estuvo en la Gallia Bélgica como oficial militar de las fuerzas romanas, y más tarde como líder de la caballería. Con el ejército romano viajó por casi todas las provincias, desde Alemania al mediterráneo y posiblemente incluso a las islas británicas. Ayudó considerablemente en la victoria sobre tribus como los frisones de las tierras bajas de la Alemania moderna y los levantiscos entre los ríos Ems y Elba. Durante ese tiempo, escribió un tratado sobre la técnica que usaban los germanos de lanzar una lanza mientras montaban a caballo, presumiblemente para enseñar la habilidad a los romanos. También escribió un tratado de veintiún volúmenes sobre las guerras germánicas.

En su obra, hay evidencia de que estaba bien familiarizado con numerosos emperadores romanos, tanto para bien como para mal. Las traducciones de sus textos revelan que fue uno de los pocos que aventuró que Calígula no iba a tener buen futuro. Plinio era cercano al emperador Claudio, sin embargo, tuvo una relación muy negativa con el sucesor de este, Nerón. Fue un tirano durante su reinado y Plinio se apartó deliberadamente de la situación política para poner distancia entre su buen nombre y el del nuevo emperador.

Fue un movimiento inteligente por su parte -tanto por la preservación de su vida como por su prestigio-. Cuando el emperador Vespasiano subió al poder en el año 69, Plinio se encontró una vez más con un amigo que tenía las riendas del Imperio Romano.

Debido a su relación con Vespasiano y el hijo de este, Tito, Plinio se encontró con una pléyade de procuradores a su disposición entre los años 70 a 75. En la Gallia narbonense, África, la Hispania Tarraconensis, y la Gallia Bélgica, Plinio supervisó muchas de las responsabilidades financieras y administrativas de las provincias de Vespasiano.

Alrededor del año 77, comenzó la obra por la que es más conocido: la Naturalis Historia. Un libro de treinta y siete capítulos escrito en diez volúmenes, en el que plasmó toda la experiencia que adquirió durante sus viajes y juventud para crear una magnífica semblanza de la vida romana. El libro incluía astronomía, geografía, antropología, zoología, botánica, medicina, magia y mineralogía. Esta información ha sido increíblemente útil tanto para los historiadores modernos como para los romanos durante su tiempo.

La muerte de Plinio el Viejo es una de las más conocidas de cualquier historiador romano. Como hemos dicho, pereció en la erupción del Vesubio en el año 79. Como comandante del ejército romano, fue uno de los hombres que intentaron ayudar en los rescates después del desastre. Él y sus compañeros llegaron a Campania para auxiliar a los que huían a la costa.

Campania, a poca distancia de Pompeya, también sufrió las erupciones, y su atmósfera estaba casi tan espesa y llena de ceniza como la famosa ciudad contigua, así que Plinio acabó muriendo por la inhalación de aquel aire insano. Además, sufría de asma, lo que no le ayudó demasiado. Allí acabo sus días, pero dejó un gran legado.

2 COMENTARIOS

  1. Un hombre fundamental en la historia y en la historiografía de Roma.
    Morir en aquellos días por la erupción del Vesubio tendría hoy su equivalente a morir en un accidente de tráfico o por atentado terrorista.
    Saludos, Félix.

    • Mucho de lo que sabemos de la vida cotidiana y costumbres romanas se lo debemos a él. Es un símil bueno, personajes así suelen morir de forma aparatosa, así se forjan más las leyendas.
      Un saludo, Cayetano!

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