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La guerra de los 100 años y la fabricación de la Europa moderna

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Lo primero que aprendemos acerca de la es que no duró cien años. La tradición la fecha desde 1337 hasta 1453, pero es más útil denominarla así para citar la más larga de las guerras europeas entre y , incluyendo la conquista normanda de 1066 a 1904. Como Charles de Gaulle comentó en junio de 1962, ‘Nuestro mayor enemigo no ha sido Alemania, es Inglaterra. Desde la Guerra de los Cien Años no han dejado de luchar contra nosotros … y siempre están inclinados a desearnos lo peor… “.

batalla-agincourtLa guerra estuvo centrada en la lucha por el control del ducado de Gascuña. Estaba bajo gobierno Inglés desde 1152 y se hallaba en el centro del gran imperio de Anjou. Sin embargo, la construcción de esta vasta “colección” de territorios creó una situación política imposible. Durante un tiempo el rey de Inglaterra gobernaba más de Francia que su homólogo francés.

El final de la dinastía de los en 1328 hizo que las relaciones anglo-francesas se volvieran aún más frágiles y se creó un nuevo escenario, aún más incendiario si cabe por el conflicto sobre el trono de Francia. de Inglaterra reclamó el título a través de su madre, Isabel, hermana del difunto rey, más una junta de nobles franceses antepuso en su lugar a Felipe, conde de Valois. Esta disputada sucesión desencadenó la guerra…

guerra-cien-anos-imagenLas primeras etapas de la guerra se vieron marcadas por las victorias inglesas en (1346) y (1356). Sin embargo, las ganancias políticas y territoriales acumuladas a través de esas victorias fueron completamente arruinadas en la década de 1370 y 1380, durante un período de agitación interna durante los reinados de de Francia y de Inglaterra.

Después de la deposición de Ricardo II en 1399 la nueva dinastía de Lancaster pronto reavivó el conflicto. Enrique V obtuvo una victoria histórica en Agincourt (1415) y en una posterior campaña reconquistó Normandía, que se había perdido del control Inglés en 1204. Por desgracia para Enrique, contrajo la disentería en 1422, dejando el trono a su propio hijo recién nacido, Enrique VI.

Francia se dividía entre los aliados de Borgoña, por un lado, que apoyaban a Enrique VI, y los partidarios del delfín Carlos (más tarde Carlos VII), que había sido desheredado por los términos del tratado de Troyes, por el otro. La disputa se volvió a favor de Carlos tras la intervención de Juana de Arco y el colapso de la alianza anglo-borgoñesa. Desde mediados de los años 1430 los ingleses fueron paulatinamente expulsados ​​del norte de Francia y, en 1453, Burdeos, la capital de Gascuña, cayó en manos de los franceses.

Esto llevó a la Guerra de los Cien Años a su fin, pero en algunos aspectos no era el final satisfactorio. No hubo tratado de paz; Carlos VII tomó el control de la Gascuña, pero Enrique no renunció a su derecho al trono francés, una demanda sostenida por sus sucesores hasta 1802. Incluso entonces, y después de las batallas de Trafalgar (1805) y Waterloo (1815) , las relaciones entre Inglaterra y Francia se mantuvieron tensas hasta bien entrado el siglo XX.

El final de la guerra no trajo la paz. En Francia Carlos VII pudo haberse convertido en Carlos ‘el Victorioso’, pero tuvo que hacer frente a rebeliones dirigidas por su hijo, Luis, y la creciente amenaza que representaba la Borgoña. El campo francés había sufrido terriblemente en esas generaciones y le costaría recuperarse. Afortunadamente, la economía mejoró en la segunda mitad del siglo XV, lo que llevó a un aumento del comercio.

tacticas-guerra-cien-anosEn Inglaterra, por su parte, las cicatrices de la derrota se percibieron claramente. El orgullo herido y un sentido amargo de la traición alimentaron las llamas de la guerra civil. La capitulación tenía que ser explicada, y se debía castigar a los responsables. La guerra con Francia había unido al país en una misión nacional. Ahora, al final de esa guerra, muchos de los que habían luchado codo con codo contra los franceses tomarían las armas contra los suyos en la guerra de las Dos Rosas.

Uno de los legados de la Guerra de los Cien Años, por lo tanto, fue el resurgimiento político y económico de Francia y el deterioro de Inglaterra, en la que sus líderes se enfrentaron entre sí para proteger su poder y orgullo, y para calmar la vergüenza de la nación.

La construcción del Estado moderno

Otro legado de la guerra fue una enorme militarización de ingleses y franceses. Durante las décadas de guerra, Inglaterra y Francia fueron moldeadas y se volvieron mejor organizadas para la guerra. Gobiernos, burocracias y estructuras financieras se renovaron para afrontar conflictos de gran escala. En Inglaterra, el ejército se convirtió en semi-profesional. En Francia, el proceso fue más prolongado, pero la Corona finalmente logró los recursos suficientes para que se pudiera construir un ejército permanente, clave en aquel estado francés emergente.

Lanceros franceses
Lanceros franceses

La revolución militar que trajo las reformas gubernamentales también provocó la disminución en ambos países del feudalismo. Esto alteró radicalmente la situación política y social de la aristocracia. El establecimiento de un gran ejército permanente en Francia fortaleció el poder de la corona, lo que le permitió ejercer una mayor influencia sobre los nobles. La profesionalización abrió las puertas del servicio militar a muchos que no eran aristócratas; ya no era un acto de “nobleza obliga”.

Los avances tecnológicos y estratégicos jugaron un papel crucial en este proceso. La Guerra de los Cien Años había inspirado importantes innovaciones militares, incluyendo un mayor uso de las armas de infantería y la introducción de la pólvora. Todo esto tuvo consecuencias administrativas, financieras y sociales duraderas, y marcó el comienzo de una nueva era militar.

Don Quijote ya se lamentaba en 1605:

“Benditan sean esas edades felices que eran extrañas a la terrible furia de estos instrumentos diabólicos de artillería cuyo inventor estará ahora en el infierno recibiendo el premio a su maldita invención, que es la causa de que muy a menudo un cobarde quite la vida del caballero más valiente… una bala que nadie sabe cómo viene, ni de dónde, en un momento pone fin a la vida de uno que merecía haber sobrevivido muchos años…”

batalla-de-crecyEl camino hacia la Europa moderna

Los pueblos de Inglaterra y Francia cambiaron profundamente por la experiencia de la Guerra de los Cien Años. Los contemporáneos no podían saber que con la caída de Burdeos que una nueva era había comenzado…

La guerra no sólo transformó las fronteras externas y las instituciones nacionales de cada nación; que acabaron reforzando sus identidades. Lo que comenzó como una lucha feudal y dinástica entre dos monarcas terminó como un conflicto nacional. La derrota de Inglaterra la dejó más débil y claramente en inferioridad con Francia, y esto obligó a la Corona inglesa a construir un nuevo país. Los gobernantes de Inglaterra se vieron obligados a reclamar un nuevo papel político en las Islas Británicas, Europa y el resto del mundo. El Imperio de Anjou se había perdido, de manera irrevocable; la búsqueda de un nuevo imperio comenzaría.

2 COMENTARIOS

  1. La primera gran guerra europea “moderna”, con “armas de destrucción masiva”. Responsable de hambrunas y de la proliferación de enfermedades epidémicas. Se jugaba nada menos que el control de Europa.
    Saludos.

    • Que también. Yo quise analizar en esta ocasión el contexto político y el principio del fin del feudalismo que marcaría un antes y un después en la vieja Europa.
      Un saludo, Cayetano

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