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Kamikaze – El viento divino que salvó a Japón

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Durante el siglo XIII, los mongoles, dirigidos por Kublai Khan, nieto de Gengis Kan, intentaron dos grandes invasiones de Japón en 1274 y 1281. Sin embargo, en ambas ocasiones, un enorme tifón arrasó con la flota mongola, lo que obligó a los atacantes a abandonar sus planes, salvándose Japón de una conquista extranjera segura. Los japoneses creían que los tifones habían sido enviados por los dioses para protegerlos de sus enemigos y los llamaron Kamikaze («viento divino»).

Tras la conquista de China en 1230 y Corea en 1231, Kublai Khan se convirtió en el primer emperador de Mongolia a la cual renombró como «Dinastía Yuan», que significa ‘primer comienzo’. Japón estaba a solo 150km de distancia, temía una invasión, y tenían razones para hacerlo. Entre 1267 y 1274, Kublai Khan envió numerosos mensajes al emperador de Japón exigiendo que se sometiera a los mongoles o se enfrentara a una invasión nada amable. Sin embargo, los mensajeros fueron bloqueados por el shogun de Japón, el verdadero poder detrás del trono, y nunca llegaron al Emperador.

Kublai Khan se enfureció porque nunca recibió una respuesta del Emperador, a quien se refirió como «gobernante de un país pequeño», y juró invadir Japón. Los mongoles se pusieron a trabajar en la construcción de una enorme flota de buques de guerra y reclutaron a miles de guerreros de China y Corea.

Raijin se muestra a la izquierda y Fujin a la derecha

La primera invasión mongola de Japón

En el otoño de 1274, los mongoles lanzaron su primera invasión sobre Japón, que se conoce como la Batalla de Bun’ei. Se estima que de 500 a 900 embarcaciones y 40,000 guerreros, la mayoría de etnia china y coreana llegaron a las costas de la bahía de Hakata, donde se encontraron las dos fuerzas. Los mongoles devastaron a las fuerzas japonesas que estaban en vanguardia. Sin embargo, temiendo que los japoneses regresaran con refuerzos, los mongoles se retiraron a sus barcos. Esa noche, un fuerte tifón azotó las aguas mientras los barcos estaban fondeados en la bahía de Hakata. Al amanecer, solo quedaban unas pocas naves. El resto fue destruido, llevándose la vida de miles de mongoles.

La segunda invasión mongola de Japón

Los japoneses tuvieron un escape afortunado en 1274, aunque la tranquilidad no había llegado. Los mongoles estaban ahora más decididos que nunca a conquistar Japón. Trabajaron duro para reconstruir su flota y reclutar un mayor número de guerreros. Mientras tanto, Japón construyó muros de dos metros de altura para protegerse de futuros ataques.

Siete años más tarde, los mongoles regresaron con una enorme flota de 4.400 barcos y un número estimado de entre 70,000 a 140,000 soldados. Un grupo de fuerzas partió desde Corea, mientras que otro zarpó desde el sur de China, convergiendo cerca de la bahía Hakata en agosto de 1281. Incapaces de encontrar playas adecuadas para el desembarco debido a las paredes levantadas, la flota se mantuvo a la espera durante meses y agotó sus suministros con el paso del tiempo. El 15 de agosto, sin más margen de maniobra pero con una amplia superioridad, los mongoles se prepararon para lanzar su asalto contra las fuerzas japonesas que defendían la isla. Sin embargo, una vez más, un tifón apareció «de la nada», destruyó la flota mongola y una vez más frustró el intento de invasión.

Las fuentes japonesas de la época indican que más de 4,000 barcos fueron destruidos y el 80% por ciento de los soldados se ahogaron o fueron asesinados por samurais en las playas en lo que se convirtió en una de los mayores y desastrosa una invasión naval de la historia. Los mongoles nunca volvieron a atacar Japón.

Raijin y el viento divino

Según la leyenda japonesa, el Kamikaze (viento divino) fue creado por Raijin, dios del rayo, el trueno y las tormentas, para proteger a Japón de los mongoles. Una de las deidades japonesas más antiguas, es un dios sintoísta , también conocido como kaminari (del kami «espíritu» o «deidad» y nari «trueno»). Típicamente se lo representa como un espíritu demoníaco que golpea los tambores para crear un trueno. Otra variante de la leyenda dice que los tifones Kamikaze fueron creados por Fujin (el dios del viento).

Kamikaze como metáfora

Como muchos sabrán, el término ‘kamikaze’ se usó más tarde en la Segunda Guerra Mundial para referirse a los pilotos suicidas japoneses que deliberadamente estrellaron sus aviones contra objetivos enemigos, generalmente barcos. La metáfora significaba que los pilotos iban a ser el «viento divino» que una vez más barrería a su enemigo de los mares. Los pilotos kamikaze hicieron mucho daño a la flota estadounidense, al precio de unos 2.000 de sus jóvenes más cualificados, pero aparentemente prescindibles. El movimiento kamikaze evolucionó a la desesperación cuando se hizo evidente que Japón iba a perder la guerra. La palabra «kamikaze» se ha incorporado al uso cotidiano del castellano para referirse a alguien que toma grandes riesgos con poca preocupación por su propia seguridad.

Teniendo en cuenta el momento de los dos tifones, que coincidió exactamente con los dos intentos de invasión de Japón, es fácil ver por qué estas enormes tormentas fueron vistas como regalos de los dioses. Si no fuera por los dos tifones «kamikaze», es muy probable que Japón hubiera sido conquistado por los mongoles, creando lo que habría sido un futuro muy diferente.

Referencias: Kamikaze de 1274 y 1281 – Enciclopedia Británica, AncientOrigins, Las invasiones mongolas de Japón y la caída del shogunato Kamakura-Madeline Schwartz, Kamikaze salva a Japón de la invasión mongola, otra vez-History Channel Imágenes: WikimediaCommons

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