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Gutenberg y la imprenta

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Uno de los más importantes de la historia se hizo público en 1450: la de Johannes

El se extendió para influir en la cultura de toda Europa, y una novedad se convirtió en un factor propagador: la prensa de tipo móvil. Hasta entonces los libros les habían llevado a los escribas horas interminables para reproducirlos a mano, y entonces todo cambió; repentinamente podían reproducirse mucho más rápido y de forma más barata, acelerando la difusión de la información.

La imprenta inauguró una nueva era de la alfabetización

Los libros impresos ya venían de lejos, datan al menos del 868 d.C. en , e incluso más lejos en el tiempo, pero tenían límites. Las hojas se imprimían en bloques: la imagen de las palabras era tallada en bloques de madera, enrollada con tinta y estampada en papel. Occidente comenzó a utilizar esta idea, pero era costosa en dinero y tiempo, pues los bloques no duraban mucho y eran diferentes para cada página, incluso palabra. Corea utilizó por primera vez el tipo móvil en 1234, pero en Europa sería un hombre llamado Gutenberg.

No sabemos cuándo nació Johannes Gutenberg -la fecha tradicional del 24 de junio de 1400 fue propuesta a finales del siglo XIX a efectos de aniversarios-, pero si se sabe que era miembro de los patricios de Mainz en el sur de Alemania.

No era rico y trabajaba como orfebre y cortador de gemas, pero tuvo que huir de Maguncia (Mainz) durante un conflicto entre los gremios y la ciudad (no estamos seguros si estaba muy involucrado) lo que lo llevó Vivir en Estrasburgo durante diez años.

En 1438 varios talleres estaban trabajando en nuevos sistemas, y fue en ese año cuando Gutenberg se vio obligado a revelar su “secreto” a unos pocos: las personas que le habían prestado el dinero exigían que les revelara lo que se traía entre manos, y se redactó un contrato entre Gutenberg y sus tres socios: Hans Riffe, Andreas Dritzehn, y Andreas Heilmann.

Curiosamente, con la muerte de cada socio no pasaría su parte a los herederos; en lugar de eso se les daría una compensación. Cuando uno murió ese año, algunos detalles fueron revelados por la familia del fallecido y parecía estar relacionado con la impresión, pero Gutenberg pudo mantener el secreto.

Después de un período de cuatro años y sin haber terminado su idea cuando dejó Strasburgo -no se sabe con certeza donde fue-, Gutenberg regresó a Mainz, y pidió dinero prestado a Johann Fust para terminar su proyecto. En 1450 había creado su sistema, el que transformaría el mundo. Pensó en usar pequeños bloques para las letras individuales con una aleación de metal que sería durarera.

El sistema era simple: hizo un alfabeto metálico (en lugar de bloques para cada palabra), y Gutenberg inventó un sistema para hacer las piezas de forma rápida y barata, y podría ordenar las letras en el orden que quería. Imprimía y volvía a utilizar las mismas letras de forma diferente. Ya se podía imprimir cualquier cosa. Se cree que el primer texto impreso fue el Ars Grammatica.

La

Gutenberg decidió promover su prensa con un proyecto especial y se lanzó a la aventura (pidiendo dinero prestado otra vez) para imprimir doscientas copias de la Biblia. Se terminaron en 1455 y se vendieron en la Feria del Libro de Frankfurt. Vale la pena mencionar que el costo de cada ejemplar era todavía inalcanzable para el habitante promedio de Frankfurt, pero el efecto era claro: la impresión había llegado.

La difusión y la importancia de la imprenta

Gutenberg deseaba mantener su invento en secreto y capitalizarlo, pero la idea se difundió rápidamente y no pudo rentabilizarlo como él esperaba. Muy pronto la mayoría de las ciudades de Europa ya estaban dispuestas para imprimir miles de libros. Se aportó conocimiento y la capacidad de estudiar a un número cada vez mayor de personas.

Ahora los expertos y académicos -los humanistas del Renacimiento- podían estudiar textos sabiendo que eran los mismos: antes un escribano podía cometer errores y no se podía garantizar que dos libros eran iguales. Gutenberg probablemente fue forzado a huir de Mainz en una disputa con un arzobispo. Finalmente se le concedió una pensión y fur exonerado por el arzobispo de Mainz. Murió en 1468. El mundo, ahora sí, comenzaba a cambiar.

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