Entrevista a Fernando Rueda

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Fernando Rueda Rieu
Fernando Rueda Rieu

Doctor en Periodismo por la Universidad Complutense, es el máximo especialista español en asuntos de espionaje. Comenzó su carrera como periodista de investigación en el diario YA y el semanario Época, y ha sido subdirector de las revistas Tiempo e Interviú. Sus principales colaboraciones en el terreno radiofónico han sido en “La Rosa de los Vientos”, de Onda Cero; y en “De Costa a Costa”, de Punto Radio. También ha colaborado en diversos programas de televisión, como “Cuarto Milenio”, en Cuatro.

En 1983, recibió el premio Ejército a la mejor labor informativa sobre las Fuerzas Armadas. Durante veintiún años impartió clases de Periodismo de Investigación en la Universidad San Pablo CEU, materia en la que es conferenciante habitual en cursos y centros académicos. Actualmente es profesor en el Centro Universitario Villanueva.
Aunque literariamente participó con Silvia Casasola en la biografía “Fuerza y honor” sobre la vida del periodista Juan Antonio Cebrián y ha escrito el divertido libro “¿Quién necesita a las mujeres?”, su mayor pasión siempre han sido los temas de espionaje.
Es autor de “La Casa”, la primera obra que se publicó sobre el servicio de inteligencia español (líder de ventas en todo el país), “Espías”, “KA: licencia para matar”, “Por qué nos da miedo el CESID”“Operaciones secretas”“Servicios de inteligencia: ¿fuera de la ley?”“Las alcantarilla del poder”“Espías y traidores”. También es autor de las novelas “La voz del pasado” y “El regreso de El Lobo”.

  • A la hora de escribir su última novela, suponemos que no habrá sido fácil el proceso de identificación con el personaje. Vivir con aquellos que odia…
Para escribir el libro no me fue suficiente tener una relación de amistad con Mikel Lejarza. Tuve que recurrir a un psicólogo clínico especializado en la materia para que me explicara detalladamente lo que sentía una persona que lleva una doble vida y que tiene que identificarse con sus enemigos y desidentificarse de sus amigos. Creo que es una de las situaciones más traumáticas que puede vivir una persona.
  • Este país le debe mucho a Mikel Lejarza y no ha sido suficientemente valorado. De hecho, de no ser por vd. apenas sería conocido.
Mikel Lejarza, como todas los infiltrados que se juegan la vida al servicio de su país, no ha sido suficientemente reconocido. Conociéndole, me di cuenta de que tenía que ser el personaje de una novela que tenía en la cabeza sobre la posibilidad de infiltrar un occidental en Al Qaeda.
  • ¿Había “manos negras” en las altas esferas políticas a las cuales no les preocupaba acabar con ETA?
Mikel escribe un texto al final de la novela, cuya lectura recomiendo, en el que defiende que hubo intereses políticos y de otro tipo para no acabar con ETA. Si lo dice una de las personas que mejor conoce la lucha antiterrorista, yo le creo.
  • Si vd. trabajase para un servicio de espionaje no lo contaría. Ofertas no le habrán faltado. La información es poder y algo sabe de “las alcantarillas del poder” y los vericuetos del espionaje.
Siempre digo lo mismo: nunca he trabajado para el servicio secreto, pero en mi contra juega que otros escritores como John Le Carré también lo negaron y luego terminaron reconociéndolo. No lo he hecho porque procedo del periodismo de investigación, que exige una cierta distancia de las personas y los organismos que se debe investigar. Es verdad que en alguna ocasión me ofrecieron dinero a cambio de informaciones, pero nunca lo acepté.
  • La ficción arranca de la realidad… Dijo en una ocasión que el propio Mikel tras el leer el libro le comentó: “la gente se va a creer que la historia es real”. ¿Cómo pudo separar Mikel su personalidad real de la que mostraba a su entorno, la mafiosa, la mala? Debió ser agotador.
Él y otros infiltrados tratan de separar su cerebro en dos. En un lado guardan sus creencias, sueños, familia y todo lo que pertenece a su vida. Y en la otra todas las características de su nueva personalidad. Hay personas como Mikel que lo hacen de sobresaliente, yo creo que me pillarían rápidamente.
  • Después de leer su última novela hemos podido comprobar que hay mucho de capacidad narrativa en su obra, pero lo más importante es que se palpa de primera mano que hay un gran trabajo de investigación tras ella. ¿Es la parte más gratificante?
El trabajo fue duro y muy intenso, pero tengo que reconocer que en general me lo pasé muy bien. Lo más gratificante para mí es ver que los lectores disfrutan con mi narración y me escriben para saber cuándo voy a sacar la siguiente novela. También he disfrutado mucho al ver que la gente se ha acercado a la vida de ese gran espía que es Mikel Lejarza.
  • Cia, Nsa, Kgb, Mossad, Cni… Suponemos que en más de una ocasión ha temido por su “salud”. No debe ser fácil trabajar en estos temas sin recibir “avisos” o “toques de atención”. ¿Cómo lo lleva en su vida diaria?
El CNI es una institución que en general cumple con su trabajo con cierta altura. Lo que más les preocupa de los periodistas es cuando estamos en contacto con fuentes secretas que filtran informaciones que les perjudica. En esas situaciones, ponen todos los medios a su alcance para identificar a esas personas. Como consecuencia de ello, a veces el CESID-CNI me ha espiado.
  • Ve vd. alguna solución al problema terrorista actual? Ya ha comentado que incluso los ficheros “de control” no pueden impedir la mayoría de los atentados. Hacia donde se encamina la lucha contra “lo invisible”.
Los servicios secretos y la Policía quieren disponer de las mejores herramientas para realizar sus trabajos y a veces solicitan a los gobiernos una libertad de acción que casa mal con una democracia. Yo creo que hay que ayudarles al control del terrorismo, pero garantizando que no se extralimiten en su trabajo.
Quedan todos invitados a disfrutar de esta magnífica novela publicada por Roca Editorial. Adéntrense en la apasionante vida de un espía solitario, pero también un luchador, un héroe para muchos…

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