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«El que se fue de Sevilla, perdió su silla»

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El origen del refrán que conocemos se enmarca en tiempos del rey Enrique IV. Durante su reinado fue nombrado como arzobispo de Santiago de Compostela Alonso II de Fonseca; no obstante, en aquel momento la ciudad de Santiago de Compostela andaba revuelta, por lo que éste solicitó la ayuda de su tío Alonso I de Fonseca, a la sazón arzobispo de Sevilla.

Para socorrerle, en 1460 el arzobispo de Sevilla Alonso I hizo un trueque para que su sobrino, Alonso II de Fonseca, ocupara el cargo de arzobispo de Sevilla, trasladándose él en su lugar a la plaza de arzobispo de Santiago de Compostela. Dicha situación sería provisional en tanto que se encontrara en la sede de Galicia al objeto de solucionar el problema existente.

Pero después, en 1464 una vez pacificada la plaza gallega, cuando Alonso I quiso regresar a su sede sevillana, el sobrino se negó y no quizo dejar el arzobispado de ninguna manera, siendo necesaria la intervención tanto del Papa como del rey y el empleo de la fuerza, lo que le costó la vida a algunos de sus partidarios que fueron ahorcados, recuperando finalmente Alonso I su anterior silla.

Quizás sea uno de los proverbios más populares en Andalucía, si bien enunciado como «quien se va de Sevilla, pierde su silla», en referencia al hecho histórico padecido por el arzobispo Alonso I. Sin embargo, con el tiempo la frase derivó en una variante, «quien se fue a Sevilla, perdió su silla», que es como se recogería en el refranero español. El refrán deja claro que si dejas algo te perjudica y otro lo puede aprovechar.

Referencias: Sevillapedia Imágenes: Flickr

12 COMENTARIOS

  1. pues hasta América llegó el dicho, mexicanizándose aquí decimos «El que se fue a la Villa, perdió su silla» (y la Villa se refiere a la ubicación donde se encuentra la Virgen de Guadalupe.
    Muy interesante como siempre todos tus artículos, te mando un fuerte abrazo

  2. En Argentina se utiliza textual: «El que se fue a Sevilla perdió su silla». Es un dicho antiquísimo… Y súper conocido y usado aquí. Lo que yo no sabía era su orígen. Gracias por compartirlo Félix!!!
    Lau.

    • Aquí se suele utilizar igual que allí. Se le ha «dado la vuelta» al refrán y así ha quedado. Costumbrismo 🙂 . Millones de gracias a ti, Laura!!

  3. Desde Colombia reporto que también se utiliza, modificado para una de nuestras ciudades: «El que se fue para Barranquilla, perdió su silla.» Saludos.

    • Muchas gracias por el reporte y la información, Pablo. Es curioso ver como adaptamos el refranero a nuestros ámbitos locales y regionales.
      Un saludo!

  4. Nunca había entendido el dicho. Acá en Chile se dice: «el que fue a Melipilla perdió su silla» una comuna de Santiago. Los niños lo usan y repiten sin pararse a pensar qué diablos significa jajaja. Muy buena página, saludos de un profesor de Historia chileno!

    • Hola Charlie. México, Argentina, Colombia y tu aportación chilena. Es curioso ver como el refranero lo vamos adaptando a nuestros regionalismos. Y el hecho de repetir hasta la saciedad frases sin indagar su origen nos sucede a todos a diario, ¿no crees? Gracias por tus palabras y un saludo!

  5. En realidad, posiblemente debido a la fonética andaluza, que iguala la pronunciación de la «s» y la «c», el dicho o refrán ha quedado desvirtuado pues debería decirse así: «El que se fue de Sevilla, perdió su cilla» (con «c»). La «cilla era la renta diezmal (décima parte) que, de sus ingresos, los fieles pagaban a la iglesia católica como contribución. No era pues un mueble: silla, sino una contribución.

  6. …y al que dice el dicho, le responden «y el que de Sevilla viene, su silla tiene». Saludos de una puertorriqueña radicada en Boston.

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