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Dos emperadores romanos con conciencia social

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Desde la época del emperador romano Augusto César en 27 aC hasta el reinado de Justino II en 578 dC, hubo 93 emperadores. De estos 93, 47 fueron asesinados o se suicidaron. Podemos presumir que no eran populares entre el pueblo o su ejército. Hubo dos excepciones; Antonino Pío que gobernó entre el 138 y el año 161 dC y Marco Aurelio que fue emperador desde el 161 hasta el año 180 dC. La mayoría de los historiadores suelen coincidir en señalar a sólo cinco emperadores como «buenos gobernantes» y los citados están incluidos en este grupo.

Los romanos fueron la civilización más avanzada del mundo occidental durante más de quinientos años. Sobresalieron en agricultura, ganadería, medicina, arquitectura, construcción de carreteras e ingeniería. En muchos sentidos, superaron a los egipcios o fueron iguales. Los romanos se basaban principalmente en el trabajo de los esclavos, lo que no era el caso en Egipto.

Antonino Pío

Aunque el asesinato iba contra la ley, no había protección para los esclavos. En el cristianismo y el judaísmo, había una máxima: «no matarás». También proclamaban: «Amarás a tu prójimo». No había tales valores en la antigua Roma.

Marco Aurelio, como general militar, fue a la guerra y mató a muchos de los enemigos de Roma. No nos podemos quejar de esto porque lo hacemos en el siglo XXI. Por otro lado, Antonino Pío no fue a la guerra y salvó muchas vidas humanas. Su largo reinado fue descrito como un período de paz y tranquilidad. Heredó un reino sumido en el caos por la tiranía de Trajano y Adriano. Durante los años que fue emperador, demostró su preocupación por el pueblo romano y creyó firmemente en la justicia. Se ganó su respeto. No poseyó el apodo de «Pío» hasta después de su ascensión al trono. Ganó este alto reconocimiento después de salvar a un senador condenado a muerte por Adriano. Él no salió de Italia para luchar batallas, sino que pasó sus años regios trabajando por la gente y ejerciendo como buen jefe de Estado. Tenía pocos o ningún enemigo y un gran talento para que cooperaran las diversas facciones tanto en el ejército como en el senado.

Marco Aurelio, cuando no estaba llevando a cabo la guerra en la Germania, hizo contribuciones importantes al Imperio Romano de muchas formas. Como general militar en las largas y difíciles campañas germánicas, desarrolló una estrategia única. En lugar de batallar en el campo de la manera tradicional, dirigía su atención a grupos más pequeños. En primer lugar mandaba un enviado exigiendo rendición y, a cambio, dejaría que el enemigo siguiera manteniendo su religión, sus costumbres y su modo de vida a cambio de la aceptación de Roma y el pago del tributo. No se tomarían esclavos.

Marco Aurelio

Si los términos eran aceptados, le tocaba el turno a otra de las muchas tribus germánicas. Si los términos no se cumplían, entonces sí, atacaría con fuerza y ​​no dudaría en destruirlos y esclavizarlos.

Cuando finalmente regresó a Roma para asumir sus deberes a tiempo completo como emperador, demostró su profundo respeto por la gente de todos los niveles de la sociedad. Incluso adoptó una actitud tan tolerante hacia el pueblo cristiano que algunos se preguntaban si él mismo había abrazado el cristianismo.

Tanto Antonino Pío como Marco Aurelio experimentaron años de desarrollo en ambientes bien estructurados. Estaban bien educados, cubrían sus necesidades de una manera práctica y menos pomposa que sus antecesores y no manifestaron ningún comportamiento aberrante en cualquier momento de sus vidas. Tenían un sentido de la responsabilidad y una gran madurez en la resolución de problemas.

Tanto antes como después de estos dos gobernantes, Roma estaba bajo el control de hombres con demasiados problemas que trataban a la gente con dureza. Antonino Pío y Marco Aurelio dieron al pueblo romano un respiro de lo que venían estando acostumbrados, una vida de estrés y miedo constante.

4 COMENTARIOS

      • Acabo de descubrir esta web y me estoy partiendo el ojete. Sois el orgasmatrix de lo histórico. jajajajaja Me ha encantado el artículo sobre sexo en los monasterios, todo mentira, lleno de falacias sensacionalistas y topicazos cutres, pero sirve para echarse unas risas, la verdad, con las ansias de aparentar intelectualidad que tienen algunos por aquí. xDDD Seguid así. ¡Hay que quemar la conferencia episcopal! jajajajaj

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